Ljubljana, 163 años de historia ferroviaria

4 de octubre de 2012

Tren histórico empleado en recorridos turísticos, en la estación de Ljubljana


Cuando el 16 de septiembre de 1849 se inauguró la estación de Ljubljana, dentro del proyecto para poner en servicio el Österreichische Südbahn Viena-Trieste, el Imperio Austro-Húngaro había completado gran parte de una línea que no se culminaría finalmente hasta 1923, aunque ya en 1857 se enlazaba con Trieste. El tramo inicial entre Viena y Gloggnitz había entrado en servicio en 1842. A éste siguió el que llevaría el ferrocarril hasta la bella Ljublijana, la ciudad del dragón, llamada así por la leyenda en la que Jasón y los Argonautas llegan hasta allí, río arriba, y dan muerte a ese animal legendario tras una sangrienta lucha. La llegada del ferrocarril sacó a Ljubljana de su aislamiento con el resto del Imperio, haciendo posible el resurgir y esplendor de esa ciudad.




Este es el edificio de la estación de Ljubljana que, aunque construido en 1849, sufrió una gran obra de renovación en 1980. Ante el edificio se encuentra la estatua ecuestre del militar y poeta esloveno, el polifacético Rudolf Maister, héroe durante la Primera Guerra Mundial.


Tras la conexión ferroviaria con Viena, desde Ljubljana pronto comenzaron las conexiones con otras grandes ciudades de su entorno. En 1862 podía llegarse ya en tren hasta Zagreb y en 1870 se terminaba la línea férrea con Jesenice para poder enlazarse en 1906 con la ciudad austriaca de Villach, a donde ya en 1863 llegaban los trenes desde Maribor. La llegada del ferrocarril hasta Rijeka en 1873 abría el Mar Adriático a Austria-Hungría a través de Ljublijana.



Todo este entramado ferroviario ponía a Ljubljana en el centro de una red que permitía el enlace desde los países más al norte con los del sur de Europa oriental.



Los viajes de turistas de aquella época, deseosos de conocer de primera mano nuevas zonas geográficas, menudearon y en la estación de Ljubljana hay constancia gráfica de ello.





Esta placa de broce situada en el suelo del andén principal de la estación recuerda que allí pasó la noche el 19 de octubre de 1904 el novelista y poeta irlandés James Joyce que desde Zurich se dirigía a Trieste por tren.



A pesar de que hoy día han disminuido notablemente las conexiones ferroviarias internacionales en esta zona geográfica, desde Ljublijana es posible ir en tren sin transbordos a Zagreb, Salzburgo, Munich, Rijeka o Budapest pero no así a Trieste u otras poblaciones de Italia por la interrupción de las comunicaciones ferroviarias para viajeros.



Una extensa red de trenes regionales conectan también la capital eslovena con todos los rincones del país, a través de sus 1.229 km de ancho estándar, de los cuales 331 son de doble vía y 493 están electrificados, casi todos ellos a 3000v.



Algunas interesantes fotos de material ferroviario en la estación de Ljubljana, tomadas el pasado mes de agosto.


















La casi totalidad de los trenes que circulan exclusivamente en territorio esloveno son autopropulsados, mientras que los que realizan servicios internacionales son de coches convencionales traccionados por locomotores de los ferrocarriles eslovenos e incluso austriacos, de las que se suelen ver algunas en Ljubljana, como la de esta foto, bitensión, ya que en Austria las vías están electrificadas a 15kV.



A poca distancia de la estación está el Museo del Ferrocarril cuyos fondos reúnen antiguas locomotoras de vapor y mucho material relacionado con la historia del ferrocarril de Eslovenia.


Es incesante también el tráfico de trenes mercantes por las vías de la estación, tanto sentido norte como sur y hacia Italia.



Para completar la información de esta entrada es interesante leer lo que escribí sobre la conexión ferrroviaria con Italia en este Blog.